En el panorama actual de Internet, conocido como Web2, las aplicaciones dominantes como Facebook, Instagram, X (Twitter) y Google son ejecutadas y controladas por empresas centrales que ofrecen servicios a cambio de datos personales de los usuarios.
Sin embargo, en el mundo Web3, emergen las aplicaciones descentralizadas, también conocidas como DApps (Decentralized Application). Estas aplicaciones se ejecutan en blockchain, donde los usuarios pueden participar sin comprometer su privacidad ni propiedad de los datos. Además, existen una gran variedad de DApps en diversos sectores, desde videojuegos y finanzas hasta redes sociales y entretenimiento.
Lo que hace a las DApps únicas son tres características principales:
Seguridad:
Las DApps, basadas en blockchain, garantizan la seguridad y privacidad de los datos del usuario. Al no almacenar información en servidores externos, se minimizan los riesgos de robo o venta de información privada por parte de empresas.
Descentralización:
En las DApps, la comunicación entre usuarios no depende de servidores centralizados de proveedores, sino de una red globalmente distribuida y descentralizada de dispositivos y servidores.
Código abierto:
El código fuente de las DApps suele ser de código abierto, visible públicamente, de uso gratuito y modificable, lo que fomenta la colaboración y la innovación en la comunidad.
En la imagen a continuación, te presento algunos ejemplos de aplicaciones tradicionales junto con sus equivalentes descentralizados en el mundo de las DApps con las que he interactuado últimamente.
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