I Macabeos 8–9, Hechos 27–28 y Tehilim 124

I Macabeos 8

  1. La fama de los romanos llegó a oídos de Judas. Decían que eran poderosos, se mostraban benévolos con todos los que se les unían, establecían amistad con cuantos acudían a ellos

  2. (y eran poderosos). Le contaron sus guerras y las proezas que habían realizado entre los galos, cómo les habían dominado y sometido a tributo;

  3. todo cuanto habían hecho en la región de Espanña para hacerse con las minas de plata y oro de allí,

  4. cómo se habían hecho dueños de todo el país gracias a su prudencia y perseverancia (a pesar de hallarse aquel país a larga distancia del suyo); a los reyes venidos contra ellos desde los confines de la tierra, los habían derrotado e inferido fuerte descalabro, y los demás les pagaban tributo cada año;

  5. habían vencido en la guerra a Filipo, a Perseo, rey de los Kittim, y a cuantos se habían alzado contra ellos, y los habían sometido;

  6. Antíoco el Grande, rey de Asia, había ido a hacerles la guerra con 120 elefantes, caballería, carros y tropas muy numerosas, y fue derrotado,

  7. le apresaron vivo y le obligaron, a él y a sus sucesores en el trono, a pagarles un gran tributo, a entregar rehenes y a ceder

  8. algunas de sus mejores provincias: la provincia índica, Media y Lidia, que le quitaron para dárselas al rey Eumeno;

  9. los de Grecia habían concebido el proyecto de ir a exterminarlos,

  10. y en sabiéndolo los romanos, enviaron contra ellos a un solo general, les hicieron la guerra, mataron a muchos de ellos, llevaron cautivos a sus mujeres y niños, saquearon sus bienes, subyugaron el país, arrasaron sus fortalezas y les sometieron a servidumbre hasta el día de hoy;

  11. a los demás reinos y a las islas, a cuantos en alguna ocasión les hicieron frente, los destruyeron y redujeron a servidumbre.

  12. En cambio, a sus amigos y a los que en ellos buscaron apoyo, les mantuvieron su amistad. Tienen bajo su dominio a los reyes vecinos y a los lejanos y todos cuantos oyen su nombre les temen.

  13. Aquellos a quienes quieren ayudar a conseguir el trono, reinan; y deponen a los que ellos quieren. Han alcanzado gran altura.

  14. No obstante, ninguno de ellos se ciñe la diadema ni se viste de púrpura para engreírse con ella.

  15. Se ha creado un Consejo, donde cada día 320 consejeros deliberan constantemente en favor del pueblo para mantenerlo en buen orden.

  16. Confían cada año a uno solo el mando sobre ellos y el dominio de toda su tierra. Todos obedecen a este solo hombre sin que haya entre ellos envidias ni celos.

  17. Judas eligió a Eupólemo, hijo de Juan, y de Haqcós, y a Jasón, hijo de Eleazar, y los envió a Roma a concertar amistad y alianza,

  18. para sacudirse el yugo de encima, porque veían que el reino de los griegos tenía a Israel sometido a servidumbre.

  19. Partieron, pues, para Roma y luego de un larguísimo viaje, entraron en el Consejo, donde tomando la palabra, dijeron:

  20. Judas, llamado Macabeo, sus hermanos y el pueblo judío nos han enviado donde vosotros para concertar con vosotros alianza y paz y para que nos inscribáis en el número de vuestros aliados y amigos.»

  21. La propuesta les pareció bien.

  22. Esta es la copia de la carta que enviaron a Jerusalén, grabada en planchas de bronce, para que fuesen allí para ellos documento de paz y alianza:

  23. «Felicidad a los romanos y a la nación de los judíos por mar y tierra para siempre. Lejos de ellos la espada y el enemigo.

  24. Pero, si le sobreviene una guerra primero a Roma o a cualquiera de sus aliados en cualquier parte de sus dominios,

  25. la nación de los judíos luchará a su lado, según las circunstancias se lo dicten, de todo corazón.

  26. No darán a los enemigos ni les suministrarán trigo, armas, dinero ni naves. Así lo ha decidido Roma. Guardarán sus compromisos sin recibir compensación alguna.

  27. De la misma manera, si sobreviene una guerra primero a la nación de los judíos, los romanos lucharán a su lado, según las circunstancías se lo dicten, con toda el alma.

  28. No darán a los combatientes trigo, armas, dinero ni naves. Así lo ha decidido Roma. Guardarán sus compromisos sin dolo.

  29. En estos términos se han concertado los romanos con el pueblo de los judíos.

  30. Si posteriormente unos y otros deciden añadir o quitar algo, lo podrán hacer a su agrado, y lo que añadan o quiten será valedero.

  31. «En cuanto a los males que el rey Demetrio les ha causado, le hemos escrito diciéndole: “¿Por qué has hecho sentir pesadamente tu yugo sobre nuestros amigos y aliados los judíos?

  32. Si otra vez vuelven a quejarse de ti, nosotros les haremos justicia y te haremos la guerra por mar y tierra.”»

I Macabeos 9

  1. Cuando supo Demetrio que Nicanor y su ejército habían caído en la guerra, envió a la tierra de Judá, en una nueva expedición, a Báquides y Alcimo con el ala derecha de su ejército.

  2. Tomaron el camino de Galilea y pusieron cerco a Mesalot en el territorio de Arbelas; se apoderaron de ella y mataron mucha gente.

  3. El primer mes del año 152 acamparon frente a Jerusalén,

  4. de donde partieron con 20.000 hombres y 2.000 jinetes en dirección a Beerzet.

  5. Judas tenía puesto su campamento en Eleasá y estaban con él 3.000 hombres escogidos.

  6. Pero al ver la gran muchedumbre de los enemigos, les entró mucho miedo y muchos escaparon del campamento; no quedaron más que ochocientos hombres.

  7. Judas vio que su ejército estaba desbandado y que la batalla le apremiaba, y se le quebrantó el corazón, pues no había tiempo de volverlos a juntar.

  8. Aunque desfallecido, dijo a los que le habían quedado: «Levantémonos y subamos contra nuestros adversarios por si podemos hacerles frente.»

  9. Trataban de disuadirle diciéndole: «No podemos; salvemos nuestras vidas de momento y volvamos luego con nuestros hermanos para combatir contra ellos, que ahora estamos pocos.»

  10. Judas replicó: «¡Eso nunca, obrar así y huir ante ellos! Si nuestra hora ha llegado, muramos con valor por nuestros hermanos y no dejemos tacha a nuestra gloria.»

  11. Salió la tropa del campamento y se ordenó para irles al encuentro: la caballería dividida en dos escuadrones, arqueros y honderos en avanzadilla, y los más aguerridos en primera línea;

  12. Báquides ocupaba el ala derecha. La falange se acercó por los dos lados y tocaron las trompetas. Los que estaban con Judas tocaron también las suyas,

  13. y la tierra se estremeció con el estruendo de los ejércitos. Se trabó el combate y se mantuvo desde el amanecer hasta la caída de la tarde.

  14. Vio Judas que Báquides y sus mejores tropas se encontraban en la parte derecha; se unieron a él los más esforzados,

  15. y derrotaron al ala derecha y la persiguieron hasta los montes de Azara.

  16. Pero el ala izquierda, al ver derrotada el ala derecha, se volvió sobre los pasos de Judas y los suyos, por detrás.

  17. La lucha se encarnizó y cayeron muchos de uno y otro bando.

  18. Judas cayó y los demás huyeron.

  19. Jonatán y Simón tomaron a su hermano Judas y le dieron sepultura en el sepulcro de sus padres en Modín.

  20. Todo Israel le lloró, hizo gran duelo por él y muchos días estuvieron repitiendo esta lamentación:

  21. «¡Cómo ha caído el héroe que salvaba a Israel!»

  22. Las demás empresas de Judas, sus guerras, proezas que realizó, ocasiones en que alcanzó gloria, fueron demasiado numerosas para ser escritas.

  23. Con la muerte de Judas asomaron los sin ley por todo el territorio de Israel y levantaron cabeza todos los que obraban la iniquidad.

  24. Hubo entonces un hambre extrema y el país se pasó a ellos.

  25. Báquides escogió hombres impíos y los puso al frente del país.

  26. Se dieron éstos a buscar con toda su suerte de pesquisas a los amigos de Judas y los llevaban a Báquides, que les castigaba y escarnecía.

  27. Tribulación tan grande no sufrió Israel desde los tiempos en que dejaron de aparecer profetas.

  28. Entonces todos los amigos de Judas se reunieron y dijeron a Jonatán:

  29. «Desde la muerte de tu hermano Judas no tenemos un hombre semejante a él que salga y vaya contra los enemigos, contra Báquides y contra los que odian a nuestra nación.

  30. Por eso, te elegimos hoy a ti para que, ocupando el lugar de tu hermano, seas nuestro jefe y guía en la lucha que sostenemos.»

  31. En aquel momento Jonatán tomó el mando como sucesor de su hermano Judas.

  32. Al enterarse Báquides trataba de hacer morir a Jonatán.

  33. Pero Jonatán lo supo y su hermano Simón y todos sus partidarios y huyeron al desierto de Técoa, donde establecieron su campamento junto a las aguas de la cisterna de Asfar.

  34. (Báquides se enteró un día de sábado y pasó con todas las tropas al lado de allá del Jordán.)

  35. Jonatán envió a su hermano, jefe de la tropa, a pedir a sus amigos los nabateos autorización para dejar con ellos su impedimenta, que era mucha.

  36. Pero los hijos de Amrai, los de Medabá, hicieron una salida, se apoderaron de Juan y de cuanto llevaba y se alejaron con su presa.

  37. Después de esto, Jonatán y su hermano Simón, recibieron la noticia de que los hijos de Amrai celebraban una espléndida boda y traían de Nabatá, en medio de gran pompa, a la novia, hija de uno de los principales de Canaán.

  38. Recordaron entonces el sangriento fin de su hermano Juan y subieron a ocultarse al abrigo de la montaña.

  39. Al alzar los ojos, vieron que avanzaba en medio de confusa algazara una numerosa caravana, y que a su encuentro venía el novio, acompañado de sus amigos y hermanos, con tambores, música y gran aparato.

  40. Salieron entonces de su emboscada y cayeron sobre ellos para matarlos. Muchos cayeron muertos y los demás huyeron a la montaña. Se hicieron con todos sus despojos.

  41. La boda acabó en duelo y la música en lamentación.

  42. Una vez tomada venganza de la sangre de su hermano, se volvieron a las orillas pantanosas del Jordán.

  43. Al enterarse Báquides, vino el día de sábado con numerosa tropa a las riberas del Jordán.

  44. Jonatán dijo a su gente: «Levantémonos y luchemos por nuestras vidas, que hoy no es como ayer y anteayer.

  45. Delante de nosotros y detrás, la guerra; por un lado y por otro, las aguas del Jordán, las marismas, las malezas: no hay lugar a donde retirarse.

  46. Levantad, pues, ahora la voz al Cielo para salvaros de las manos de vuestros enemigos.»

  47. Entablado el combate, Jonatán tendió su mano para herir a Báquides y éste le esquivó echándose atrás,

  48. con lo que Jonatán y los suyos pudieron lanzarse al Jordán y ganar a nado la orilla opuesta. Sus enemigos no atravesaron el río en su persecución.

  49. Unos mil hombres del ejército de Báquides sucumbieron aquel día.

  50. Vuelto a Jerusalén, hizo Báquides levantar ciudades fortificadas en Judea: la fortaleza de Jericó, Emaús, Bet Jorón, Betel, Tamnatá, Faratón y Tefón, con altas murallas, puertas y cerrojos

51 y puso en ellas guarniciones que hostilizaran a Israel.

52 Fortificó también la ciudad de Bet Sur, Gázara y la Ciudadela, y puso en ellas tropas y depósitos de víveres.

53 Tomó como rehenes a los hijos de los principales de la región y los dejó bajo guardia en la Ciudadela de Jerusalén.

54 El segundo mes del año 153, ordenó Alcimo demoler el muro del atrio interior del Lugar Santo. Destruía con ello la obra de los profetas. Había comenzado la demolición,

55 cuando en aquel tiempo sufrió Alcimo un ataque y su obra quedó parada. Se le obstruyó la boca y se le quedó paralizada, de suerte que no le fue posible ya pronunciar palabra ni dar disposiciones en la tocante a su casa.

56 Alcimo murió entonces en medio de grandes sufrimientos.

57 Cuando Báquides vio que había muerto Alcimo, se volvió adonde el rey y hubo tranquilidad en el país de Judá por espacio de dos años.

58 Todos los sin ley se confabularon diciendo: «Jonatán y los suyos viven tranquilos y confiados. Hagamos, pues, venir ahora a Báquides y los prenderá a todos ellos en una sola noche.»

59 Fueron a comunicar el plan con él,

60 y Báquides se puso en marcha con un fuerte ejército. Envió cartas secretas a sus aliados de Judea ordenándoles prender a Jonatán y a los suyos. Pero no pudieron, porque fueron conocidas sus intenciones,

61 antes bien ellos prendieron a unos cincuenta hombres de la región, cabecillas de esta maldad, y les dieron muerte.

62 A continuación, Jonatán, Simón y los suyos se retiraron a Bet Basí, en el desierto, repararon lo que en aquella plaza estaba derruido y la fortificaron.

63 En sabiéndolo Báquides, juntó a toda su gente y convocó a sus partidarios de Judea.

64 Llegó y puso cerco a Bet Basí, la atacó durante muchos días y construyó ingenios de guerra.

65 Jonatán, dejando a su hermano Simón en la ciudad, salió por la región y fue con una pequeña tropa,

66 con la que derrotó en su campamento a Odomerá y a sus hermanos, así como a los hijos de Fasirón. Estos empezaron a herir y a subir con las tropas.

67 Simón y sus hombres, por su parte, salieron de la ciudad y dieron fuego a los ingenios.

68 Trabaron combate con Báquides, le derrotaron y le dejaron sumido en profunda amargura, porque habían fracasado su plan y su ataque.

69 Montó en cólera contra los hombres sin ley que le habían aconsejado venir a la región, mató a muchos de ellos y decidió volverse a su tierra.

70 Al saberlo, le envió Jonatán legados para concertar con él la paz y conseguir que les devolviera los prisioneros.

71 Báquides aceptó y accedió a las peticiones de Jonatán. Se comprometió con juramento a no hacerle mal en todos los días de su vida,

72 y le devolvió los prisioneros que anteriormente había capturado en el país de Judá. Partió luego para su tierra y no volvió más a territorio judío.

73 Así descansó la espada en Israel. Jonatán se estableció en Mikmas, comenzó a juzgar al pueblo e hizo desaparecer de Israel a los impíos.

Hechos 27

  1. Cuando se decidió que nos embarcásemos rumbo a Italia, fueron confiados Pablo y algunos otros prisioneros a un centurión de la cohorte Augusta, llamado Julio.

  2. Subimos a una nave de Adramitio, que iba a partir hacia las costas de Asia, y nos hicimos a la mar. Estaba con nosotros Aristarco, macedonio de Tesalónica.

  3. Al otro día arribamos a Sidón. Julio se portó humanamente con Pablo y le permitió ir a ver a sus amigos y ser atendido por ellos.

  4. Partimos de allí y navegamos al abrigo de las costas de Chipre, porque los vientos eran contrarios.

  5. Atravesamos los mares de Cilicia y Panfilia y llegamos al cabo de quince días a Mira de Licia.

  6. Allí encontró el centurión una nave alejandrina que navegaba a Italia, y nos hizo subir a bordo.

  7. Durante muchos días la navegación fue lenta y a duras penas llegamos a la altura de Gnido. Como el viento no nos dejaba entrar en puerto, navegamos al abrigo de Creta por la parte de Salmone;

  8. y costeándola con dificultad, llegamos a un lugar llamado Puertos Buenos, cerca del cual se encuentra la ciudad de Lasea.

  9. Había transcurrido bastante tiempo y la navegación era peligrosa, pues incluso había ya pasado el Ayuno. Pablo les advertía:

  10. «Amigos, veo que la navegación va a traer gran peligro y grave daño no sólo para el cargamento y la nave, sino también para nuestras propias personas.»

  11. Pero el centurión daba más crédito al piloto y al patrón que no a las palabras de Pablo.

  12. Como el puerto no era a propósito para invernar, la mayoría decidió hacerse a la mar desde allí, por si era posible llegar a Fénica, un puerto de Creta que mira al suroeste y al noroeste, y pasar allí el invierno.

  13. Soplaba ligeramente entonces el viento del sur y creyeron que podían poner en práctica su propósito; levaron anclas y fueron costeando Creta de cerca.

  14. Pero no mucho después se desencadenó un viento huracanado procedente de la isla, llamado Euroaquilón.

  15. La nave fue arrastrada y, no pudiendo hacer frente al viento, nos abandonamos a la deriva .

  16. Navegando a sotavento de una isleta llamada Cauda, pudimos con mucha dificultad hacernos con el bote.

  17. Una vez izado el bote se emplearon los cables de refuerzo, ciñendo el casco por debajo; y por miedo a chocar contra la Sirte, se echó el ancla flotante. Así se iba a la deriva.

  18. Y como el temporal seguía sacudiéndonos furiosamente, al día siguiente aligeraron la nave.

  19. Y al tercer día con sus propias manos arrojaron al mar el aparejo de la nave.

  20. Durante muchos días no apareció el sol ni las estrellas; teníamos sobre nosotros una tempestad no pequeña; toda esperanza de salvarnos iba desapareciendo.

  21. Hacía ya días que no habíamos comido; entonces Pablo se puso en medio de ellos y les dijo: «Amigos, más hubiera valido que me hubierais escuchado y no haberos hecho a la mar desde Creta; os hubierais ahorrado este peligro y esta pérdida.

  22. Pero ahora os recomiendo que tengáis buen ánimo; ninguna de vuestras vidas se perderá; solamente la nave.

  23. Pues esta noche se me ha presentado un ángel del Yahweh a quien pertenezco y a quien doy culto,

  24. y me ha dicho: “No temas, Pablo; tienes que comparecer ante el César; y mira, Yahweh te ha concedido la vida de todos los que navegan contigo.”

  25. Por tanto, amigos, ¡ánimo! Yo tengo fe en Yahweh de que sucederá tal como se me ha dicho.

  26. Iremos a dar en alguna isla.»

  27. Era ya la décima cuarta noche que íbamos a la deriva por el Adriático, cuando hacia la medianoche presintieron los marineros la proximidad de tierra.

  28. Sondearon y hallaron veinte brazas; un poco más lejos sondearon de nuevo y hallaron quince brazas.

  29. Temerosos de que fuésemos a chocar contra algunos escollos, echaron cuatro anclas desde la popa y esperaban ansiosamente que se hiciese de día.

  30. Los marineros intentaban escapar de la nave, y estaban ya arriando el bote con el pretexto de echar los cables de las anclas de proa.

  31. Pero Pablo dijo al centurión y a los soldados: «Si no se quedan éstos en la nave, vosotros no os podréis salvar.»

  32. Entonces los soldados cortaron las amarras del bote y lo dejaron caer.

  33. Mientras esperaban que se hiciera de día, Pablo aconsejaba a todos que tomasen alimento diciendo: «Hace ya catorce días que, en continua expectación, estáis en ayunas, sin haber comido nada.

  34. Por eso os aconsejo que toméis alimento, pues os conviene para vuestra propia salvación; que ninguno de vosotros perderá ni un solo cabello de su cabeza.»

  35. Diciendo esto, tomó pan, dio gracias a Yahweh en presencia de todos, lo partió y se puso a comer.

  36. Entonces todos los demás se animaron y tomaron también alimento.

  37. Estábamos en total en la nave 276 personas.

  38. Una vez satisfechos, aligeraron la nave arrojando el trigo al mar.

  39. Cuando vino el día, los marineros no reconocían la tierra; solamente podían divisar una ensenada con su playa; y resolvieron lanzar la nave hacia ella, si fuera posible.

  40. Soltaron las anclas que dejaron caer al mar; aflojaron al mismo tiempo las ataduras de los timones; depués izaron al viento la vela artimón y pusieron rumbo a la playa.

  41. Pero tropezaron contra un lugar con mar por ambos lados, y encallaron allí la nave; la proa clavada, quedó inmóvil; en cambio la popa, sacudida violentamente, se iba deshaciendo.

  42. Los soldados entonces resolvieron matar a los presos, no fuera que alguno se escapase a nado;

  43. pero el centurión, que quería salvar a Pablo, se opuso a su designio y dio orden de que los que supieran nadar se arrojasen los primeros al agua y ganasen la orilla;

  44. y los demás saliesen unos sobre tablones, otros sobre los despojos de la nave. De esta forma todos llegamos a tierra sanos y salvos.

Hechos 28

  1. Una vez a salvo, supimos que la isla se llamaba Malta.

  2. Los nativos nos mostraron una humanidad poco común; encendieron una hoguera a causa de la lluvía que caía y del frío, y nos acogieron a todos.

  3. Pablo había reunido una brazada de ramas secas; al ponerla sobre la hoguera, una víbora que salía huyendo del calor, hizo presa en su mano.

  4. Los nativos, cuando vieron el animal colgado de su mano, se dijeron unos a otros: «Este hombre es seguramente un asesino; ha escapado del mar, pero la justicia divina no le deja vivir.»

  5. Pero él sacudió el animal sobre el fuego y no sufrió daño alguno.

  6. Ellos estaban esperando que se hincharía o que caería muerto de repente; pero después de esperar largo tiempo y viendo que no le ocurría nada anormal, cambiaron de parecer y empezaron a decir que era un dios.

  7. En las cercanías de aquel lugar tenía unas propiedades el principal de la isla llamado Publio, quien nos recibió y nos dio amablemente hospedaje durante tres días.

  8. Precisamente el padre de Publio se hallaba en cama atacado de fiebres y disentería. Pablo entró a verle, hizo oración, le impuso las manos y le curó.

  9. Después de este suceso los otros enfermos de la isla acudieron y fueron curados.

  10. Tuvieron para con nosotros toda suerte de consideraciones y a nuestra partida nos proveyeron de lo necesario.

  11. Transcurridos tres meses nos hicimos a la mar en una nave alejandrina que había invernado en la isla y llevaba por enseña los Dióscuros.

  12. Arribamos a Siracusa y permanecimos allí tres días.

  13. Desde allí, costeando, llegamos a Regio. Al día siguiente se levantó el viento del sur, y al cabo de dos días llegamos a Pozzuoli.

  14. Encontramos allí hermanos y tuvimos el consuelo de permanecer con ellos siete días. Y así llegamos a Roma.

  15. Los hermanos, informados de nuestra llegada, salieron a nuestro encuentro hasta el Foro Apio y Tres Tabernas. Pablo, al verlos, dio gracias a Yahweh y cobró ánimos.

  16. Cuando entramos en Roma se le permitió a Pablo permanecer en casa particular con un soldado que le custodiara.

  17. Tres días después convocó a los principales judíos. Una vez reunidos, les dijo: «Hermanos, yo, sin haber hecho nada contra el pueblo ni contra las costumbres de los padres, fui apresado en Jerusalén y entregado en manos de los romanos,

  18. que, después de haberme interrogado, querían dejarme en libertad porque no había en mí ningún motivo de muerte.

  19. Pero como los judíos se oponían, me vi forzado a apelar al César, sin pretender con eso acusar a los de mi nación.

  20. Por este motivo os llamé para veros y hablaros, pues precisamente por la esperanza de Israel llevo yo estas cadenas.»

  21. Ellos le respondieron: «Nosotros no hemos recibido de Judea ninguna carta que nos hable de ti, ni ninguno de los hermanos llegados aquí nos ha referido o hablado nada malo de ti.

  22. Pero deseamos oír de ti mismo lo que piensas, pues lo que de esa secta sabemos es que en todas partes se la contradice.»

  23. Le señalaron un día y vinieron en mayor número adonde se hospedaba. El les iba exponiendo el Reino de Yahweh, dando testimonio e intentando persuadirles acerca de Jesús, basándose en la Ley de Moisés y en los Profetas, desde la mañana hasta la tarde.

  24. Unos creían por sus palabras y otros en cambio permanecían incrédulos.

  25. Cuando, en desacuerdo entre sí mismos, ya se marchaban, Pablo dijo esta sola cosa: «Con razón habló el Ruaj HaKodesh a vuestros padres por medio del profeta Isaías:

  26. Ve a encontrar a este pueblo y dile: Escucharéis bien, pero no entenderéis, miraréis bien, pero no veréis.

  27. Porque se ha embotado el corazón de este pueblo, han hecho duros sus oídos, y sus ojos han cerrado; no sea que vean con sus ojos, y con sus oídos oigan, y con su corazón entiendan y se conviertan, y yo los cure.

  28. «Sabed, pues, que esta salvación de Yahweh ha sido enviada a los gentiles; ellos sí que la oirán.»

  29. Pablo permaneció dos años enteros en una casa que había alquilado y recibía a todos los que acudían a él;

  30. predicaba el Reino de Adonay y enseñaba lo referente al Señor Yeshúa con toda valentía, sin estorbo alguno.

Tehilim 124

  1. Canción de las subidas. De David. Si Yahweh no hubiera estado por nosotros, — que lo diga Israel -

  2. si Yahweh no hubiera estado por nosotros, cuando contra nosotros se alzaron los hombres,

  3. vivos entonces nos habrían tragado en el fuego de su cólera.

  4. Entonces las aguas nos habrían anegado, habría pasado sobre nosotros un torrente,

  5. habrían pasado entonces sobre nuestra alma aguas voraginosas.

  6. ¡Bendito sea Yahweh que no nos hizo presa de sus dientes!

  7. Nuestra alma como un pájaro escapó del lazo de los cazadores. El lazo se rompió y nosotros escapamos;

  8. nuestro socorro en el nombre de Yahweh, que hizo el cielo y la tierra.

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发布时间:2024-04-06 15:06:30